6.27.2005

Enterrando la memoria en la nieve

De lejos parece que uno le da un descanso a la memoria, a las nostalgias, a las preocupaciones. Es realmente gratificante llenarse a diario los ojos de primeras veces, que aùn cuando son las segundas, dan gusto.

Lo poco que he conocido de Argentina me ha encantado. Esperaba encontrar en Buenos Aires una ciudad encantadora, imponente. Creo que es màs que eso. Es un mounstro, como un tremendo pastel que no sabes por dònde empezar a comer. Ya veremos còmo va despuès.

6.21.2005

Alerta Roja

Aún no tengo una opinión formada. No quiero que ese cielo furioso llore balas, ni que esa tierra tan morena se moje de sangre. Quisiera hablar de paz, pero no puedo negar que la convulsión aún provoca esta pulsión tan vital como el aire contaminado de esta ciudad. No sé si ese silencioso grito de los sin voz realmente retumbe como espero. Sin embargo, y de la forma más heterosexual que existe, debo decir que me estremece hasta la médula esa firme voz que viene desde las montañas del sureste mexicano.

6.20.2005

A cinco días

En cinco días me iré al sur; agarro mis tiliches y llego a Buenos Aires. Corro el riesgo de sonar diabéticamente cursi al contar los motivos por los que quiero estar allá. Sobre todo si aludo al libro aquel o a la película aquella.

Iré además a Bariloche y a Santiago de Chile. Ambos son destinos también tenía tiempo de querer concer.

Será un largo Ciudad de México - Ciudad de Panamá - Santa Cruz - Buenos Aires, pero da igual. Ya veremos qué sucede.

6.15.2005

Nina

Nina es una pequeña pelotita gris que anda por mi casa; maulla desesperadamente y va mordiendo cada esquina de mi cuarto, de la cocina, de mis días.

De pronto creo que está enamorada de mí. Si llego tarde, me reclama furiosa, y cuando llego temprano, es amorosa hasta la médula. Por las noches, espera a que caiga dormido para acurrucarse a mi vientre, donde se acomoda y comienza a ronrronear suave, pero constantemente.

Últimamente tiene insomnio. Se despierta a la mitad dela noche y me comienza a platicar. Nunca le entiendo, y ella lo sabe, cosa que le desespera. A mí me desespera más que no me deje dormir, pero no puedo hacer nada, más que pedirle de la forma más atenta que se duerma. Casi nunca me hace caso, e indignada, sale del cuarto y se va a dar una vuelta por la casa.

Mi relación con Nina es el espejo más claro de la horfandad de los días que han pasado, tan llenos de pláticas silenciosas.

6.07.2005

Vicio 101

Generalmente salgo del trabajo alrededor de las 7 de la noche, cansado, sin un ánimo digno de presumir. Sin embargo, unas 3 calles antes de llegar a mi casa me topo con un maldito Starbucks...

Mi relación con el mentado café comenzó con un odio desmesurado; recuerdo el día que lo inauguraron, fui con una novia que tenía y mi amigo OBJ. Realmente me asustaron los precios y el hecho de que no podía fumar adentro... ¿un café en México en el que no se pueda fumar? en efecto, no se puede fumar...

Meses después llegué a ese mismo local acompañando a varios amigos. Yo no quería tomar nada, pues realmente me parecía que era un sitio terrible, demasiado Yanki y demasiado caro. Sin embargo, tenía sed y pedí un Chai Latte. Maldito sea ese momento...

Desde entonces, tengo que rodear el Starbucks, ir por otra calle, cerrar los ojos mientras conduzco frente a él. Si tengo un pequeño momento de debilidad entraré y pediré un Chai. La chica parada en el mostrador sabrá mi nombre y sonreirá de esa forma en la que sólo ella sabe, y me dará una bebida extraodrinaria. Me declaro culpable... he sido víctima de la mercadotecnia, de la chica del piercing en la nariz y del dulce Chai.