6.21.2005

Alerta Roja

Aún no tengo una opinión formada. No quiero que ese cielo furioso llore balas, ni que esa tierra tan morena se moje de sangre. Quisiera hablar de paz, pero no puedo negar que la convulsión aún provoca esta pulsión tan vital como el aire contaminado de esta ciudad. No sé si ese silencioso grito de los sin voz realmente retumbe como espero. Sin embargo, y de la forma más heterosexual que existe, debo decir que me estremece hasta la médula esa firme voz que viene desde las montañas del sureste mexicano.