9.10.2004

Noviembre

Agradezco las buenas películas. Noviembre es una de ellas. La historia de un grupo de teatro independiente en Madrid, en 1997. Es una de esas cintas que te mueven y logran que llegue a tu cuerpo esa energía vital que tanto escasea. Actores desconocidos que al final son tan íntimos como tu acompañante.

Es evidente que los gringos, que inundan con basura las pantallas de este país, jamás tendrán la sensibilidad para hacer una película como esta, pero ¿por qué nosotros no contamos historias como esta?

No es lo mismo, pero es igual

Hay un cuento de Cortazar, cuyo nombre no recuerdo en este momento, en el que el personaje principal se pregunta si realmente el número de personas que entra al subterraneo de Buenos Aires, es el mismo que el de las que salen. Este resulta el detonante de la historia. Por su parte, Freud decía que el 90% del tiempo que dedicaba al estudio, estaba orientado a la formulación de preguntas, ya que al encontrar la correcta, la respuesta vendría fácilmente. Es terrible quedarse sin preguntas.

Ha habido días en los que no sé qué preguntarme. Me aterra pensar que en algún momento me distraje y dejé las preguntas perdidas en algún sitio. Y no es que de el mundo por sentado, sin curiosidad ni interés alguno. Es simplemente que de pronto se me van las preguntas. Hoy quisiera hacerme una buena pregunta, de esas que se quedan pegadas a tu frente como bicho, todo el día, sin despegarse.

Espero que mañana despierte sin tener idea de lo que haré. Ojalá pueda cuestionarme sobre lo que vestiré, lo que comeré, si prenderé o no el televisor, si veré a mis amigos de siempre o si haré un nuevo conocido en la calle, si veré una película romántica o una pornográfica, si me gustarán los toros, las rubias, las bigotonas o las gordas. Ojalá mañana no de la vida por sentada y tenga preguntas.