Anoche me topé con señorita X en una fiesta. Mi historia con ella se remonta a unos 4 años atrás. Iba en la misma universidad en la que yo estudiaba. La primera vez que la vi fue en un autobús, y estando ahí, me vio de tal forma que me llamó la atención. En realidad estaba colocadísima, después me lo confesó. Pero por esa mirada me animé a hablarle. Lo hice, y de pronto, comenzamos a salir. También de pronto, me enteré que tenía novio, en el país J.
Aquel verano fue a visitarlo a J. Me habló un par de veces, y a decir verdad, la extrañaba. Para curar esta pena, me fui a la playa, donde de pronto conocí a la señorita Y. Vivimos una historia que no cabe en este blog, después de la cual me volví a la ciudad. A las dos semanas llegó señorita X, quien me habló de inmediato. Fuimos a tomar a un café, donde me dijo que había pensado bien las cosas, y que prefería estar conmigo que con el nativo de J. Con mi irreductible honestidad (o estupidez), le tuve que decir que esto no podía ser, pues había conocido a Y. Le rompí el corazón. Por primera vez.
Mi historia con Y no funcionó. X, por algún extraño motivo se enteró y me buscó, diciéndome que quería intentarlo de nuevo. Sin estar convencido, le dije que poco a poco, pero que saliéramos. Lo hicimos un par de veces, pero en esos días murió W, alguien muy estimado para mí. Mi reacción fue abrir la puerta trasera para Y. Le rompí el corazón por segunda vez.
Después de casi 3 años me la encontré ayer en un reven al cual llegué por casualidad, con dos personas que ni mis amigos son. Cuando se enteró que estaba ahí fue a verme, y estuvimos platicando toda la noche. Mientras lo hacíamos pensaba "De verdad que eras un completo retrasado mental Nadal... (Con el respeto que estas personas memerecen)". Es una persona maravillosa y la dejé ir... Dos veces. Y lo peor de todo es que si regresara a ese momento, de alguna forma sigo pensando que hice lo correcto, aunque a la distancia de pronto parezca que no.
Siento que es una cuestión de sincronía, de tiempos, que no siempre son los adecuados. Éramos correctos para probar una historia entre ambos, y sin embargo, nuestros momentos no nos lo permitieron. Cuántas historias maravillosas se ven truncada por los tiempos...