11.25.2004

Mazunte

Mañana por la tarde saldré a Mazunte. Llevo más tiempo del que un hombre sano puede tener sin vacaciones, razón por la cual me dirijo a la playa. Voy solo, pues nadie encontró tiempo para este viaje de 14 horas, pero da igual.

Para aquellos que no tengan ni idea de lo que les estoy hablando, les muestro:

http://www.tomzap.com/mazunteb2.html

Los dejo en sus ciudades, espero no tan contaminadas como la mía.

11.18.2004

Por la mañana

Cuando llego al trabajo por la mañana, antes que nada, me sirvo una taza de café. Mientras lo preparo me pregunto lo que sería trabajar en alguna otra cosa, vivir en otro país, seguir dormido en mi cama por un par de horas más, ser millonario, parte de la realeza, despertar al lado de una mujer que quiera y que me quiera, regresar a la universidad, a la preparatoria, a mi niñez. Después, tomo un poco de aire, arrimo mis entumidos dedos al teclado y comienzo a trabajar.

11.15.2004

Mi compañera de oficina

Mi compañera de oficina es desesperante. Recuerdo el día que la sentaron a mi lado, me preguntó la fecha 5 veces. Al día siguiente le traje un calendario.

Reconozco que tengo un alto grado de neurosis. Sin embargo, no soporto que me hablen mientras estoy concentrado. Y no es tanto que me hablen, sino que me digan estupideces. Es más, mientras escribía la línea anterior me preguntó "¿Cuáles son las 10 cosas que más compras para tu despensa?".

Hace poco le platicaba a otra compañera que llegarían a México dos amigas holandesas, a lo que mi entrometida vecina preguntó, "¿y de dónde son?", a lo que respondí "De las islas Fiji, pero quería despistarte diciendo que eran holandesas".

Mi disyuntiva está entre ser más paciente o ser tan ácido y certero con mis comentarios que me deje de molestar. Me voy a mi ensayo de teatro, ahí lo meditaré.

11.07.2004

Tiempos

Anoche me topé con señorita X en una fiesta. Mi historia con ella se remonta a unos 4 años atrás. Iba en la misma universidad en la que yo estudiaba. La primera vez que la vi fue en un autobús, y estando ahí, me vio de tal forma que me llamó la atención. En realidad estaba colocadísima, después me lo confesó. Pero por esa mirada me animé a hablarle. Lo hice, y de pronto, comenzamos a salir. También de pronto, me enteré que tenía novio, en el país J.

Aquel verano fue a visitarlo a J. Me habló un par de veces, y a decir verdad, la extrañaba. Para curar esta pena, me fui a la playa, donde de pronto conocí a la señorita Y. Vivimos una historia que no cabe en este blog, después de la cual me volví a la ciudad. A las dos semanas llegó señorita X, quien me habló de inmediato. Fuimos a tomar a un café, donde me dijo que había pensado bien las cosas, y que prefería estar conmigo que con el nativo de J. Con mi irreductible honestidad (o estupidez), le tuve que decir que esto no podía ser, pues había conocido a Y. Le rompí el corazón. Por primera vez.

Mi historia con Y no funcionó. X, por algún extraño motivo se enteró y me buscó, diciéndome que quería intentarlo de nuevo. Sin estar convencido, le dije que poco a poco, pero que saliéramos. Lo hicimos un par de veces, pero en esos días murió W, alguien muy estimado para mí. Mi reacción fue abrir la puerta trasera para Y. Le rompí el corazón por segunda vez.

Después de casi 3 años me la encontré ayer en un reven al cual llegué por casualidad, con dos personas que ni mis amigos son. Cuando se enteró que estaba ahí fue a verme, y estuvimos platicando toda la noche. Mientras lo hacíamos pensaba "De verdad que eras un completo retrasado mental Nadal... (Con el respeto que estas personas memerecen)". Es una persona maravillosa y la dejé ir... Dos veces. Y lo peor de todo es que si regresara a ese momento, de alguna forma sigo pensando que hice lo correcto, aunque a la distancia de pronto parezca que no.

Siento que es una cuestión de sincronía, de tiempos, que no siempre son los adecuados. Éramos correctos para probar una historia entre ambos, y sin embargo, nuestros momentos no nos lo permitieron. Cuántas historias maravillosas se ven truncada por los tiempos...

11.04.2004

Negociar

Llevo un par de años viviendo solo. No lo llevo mal, al contrario, me gusta la persona que se refleja en mi espejo los sábados por la mañana, cuando no hay más que hacer que lidiar con uno mismo. Sin embargo, no puedo negar que negociar con la soledad puede ser jodido, más que por la soledad en sí, por la parcela de libertad que una está dispuesto a dar a cambio.

Esta semana llegaron dos chicas holandesas a mi casa. No tiene caso contar el motivo. Se escucha como el preludio de una fantasía, al menos en mi subdesarrollado país. Sin embargo, después de un par de días no sabía qué hacer con ellas; verlas caminando en mi territorio, en los espacios que generalmente ocupo a mis anchas, me llegó a incomodar. Aún así, ayer cuando se fueron e iba de regreso a casa, las extrañé un poco.

Creo que la negociación libertad-soledad - que considero que en realidad es así, aunque se pueda matizar de mil maneras - sólo la afrontas cuando el envite te toma de sorpresa, y no estás conciente de que lo haces... Pensé que con los años me volvería menos egoista.