11.04.2004

Negociar

Llevo un par de años viviendo solo. No lo llevo mal, al contrario, me gusta la persona que se refleja en mi espejo los sábados por la mañana, cuando no hay más que hacer que lidiar con uno mismo. Sin embargo, no puedo negar que negociar con la soledad puede ser jodido, más que por la soledad en sí, por la parcela de libertad que una está dispuesto a dar a cambio.

Esta semana llegaron dos chicas holandesas a mi casa. No tiene caso contar el motivo. Se escucha como el preludio de una fantasía, al menos en mi subdesarrollado país. Sin embargo, después de un par de días no sabía qué hacer con ellas; verlas caminando en mi territorio, en los espacios que generalmente ocupo a mis anchas, me llegó a incomodar. Aún así, ayer cuando se fueron e iba de regreso a casa, las extrañé un poco.

Creo que la negociación libertad-soledad - que considero que en realidad es así, aunque se pueda matizar de mil maneras - sólo la afrontas cuando el envite te toma de sorpresa, y no estás conciente de que lo haces... Pensé que con los años me volvería menos egoista.

1 Comments:

Blogger Nadia said...

La soledad es algo que hay que tomar a dosis, como la compañía. Generalmente, a los sociópatas nos gusta estar acompañados, pero sólo cuando y como nosotros queremos. Si se prolonga demasiado y por cortesía no podemos cortar la situación es cuando nos inocomoda...

Paciencia, no pasará, pero te harás más tolerante contigo mismo.

noviembre 07, 2004 3:36 p.m.  

Publicar un comentario

<< Home