2.13.2005

Al día de hoy

Antes de escribr la siguiente línea, quiero disculparme ante aquel que lea mi blog, ya que su contenido no se está caracterizando por su optimismo. Disculpe la tristeza, como alguien dijera.

Supongo que es consecuencia de los años y los golpes que los corazones se vayan entumeciendo. Supongo que los problemas son inhibidores, y que la parálisis sentimental es una de sus consecuencias. Supongo también, que esto algún día pasará.

Creo que de pronto ese personaje que me he cargado, hoy anda un poco lento. Creo que tiene un conflicto de identidad. Claro está que quiero ayudarlo y aconsejarlo, pero es renuente a mis palabras. Supongo que está enfadado conmigo, y por más que le explico que mis problemas son míos y no suyos, se aflije y se niega a actuar como habitualmente lo hace.

Creo que mi personaje está confundido. Creo que me quiere decir que a pesar de mis problemas - que bien es cierto que son muy míos - traemos otro asunto entre manos. Quiere convencerme de que nos vayamos por ahí y nos confundamos por un rato, y que vuelva a creer eso que siempre creí, y que me arriesgue como solía hacerlo, y que intencionalmente me descuide ante una historia de esa que sólo nosotros sabemos escribir. Lo meditaré con la almohada. Tal vez le haga caso.

2.11.2005

Los días después

Los días que pasan se apilan sobre mi espalda; el aire es cada vez más denso, tanto, que a ratos cuesta trabajo respirar. Mi padre está vivo, pero no está bien. ¿Para qué entrar en detalles? ¿Es peor una parálisis que una amputación? ¿Es peor perder la memoria o la vista? Es casi imposible elegir entre las desgracias.

Quisiera decir que el traje de madera que mi padre estrenará no está siquiera plantado, pero no lo sé. Quisiera pensar que volveré a reinventar el mundo alrededor de una mesa de café con él, pero eso es incierto. Parece como si estos momentos dieran fertilidad a tantos recuerdos que hoy enumero involuntariamente.

Lo único rescatable de estas situaciones es la forma en la que aflora la fraternidad; seres humanos preocupados por otros seres humanos, por el dolor de un amigo, por su preocupación. No tengo más que agradecimiento para aquellos que se refirmaron como mis amigos, mis verdaderos hermanos.

2.05.2005

Lo Inoportuno

Sentarse accidentalmente al lado de tu ex novia en el cine, es Inoportuno.

Sentir unas ganas estúpidas de ir al baño mientras estás ligando con la mujer más espectacular del bar, es Inoportuno.

Que le metan gol a los Pumas en el minuto 89, es Inoportuno.

Que cancelen la operación de tu padre, mientras él está completamnte preparado en el quirófano, por falta de material quirúrgico, es una mentada de madre....

2.03.2005

Los días que pasan

Mañana operan a mi padre. El peligro de la intervención es mortal, y pese a esto, el día sigue, como si nada estuviera pasando. En estos momentos - que desgraciadamente han sido varios para mí - el tiempo y las cosas se envuelven en un manto singular, y yo, siento una lucidez perversamente alucinante. El tiempo tiene una textura especial, áspera, cercana. La luz del día también la siento más intensa, con colores más agresivos, más a flor de piel. Y sin embargo, la gente que conozco y no conozco, habla como en otro idioma, como si viniera de otro planeta. Sé que el que está en otro lugar soy yo, no ellos.

Este texto no pretende ser la costilla de una "obra maestra" de superación personal o existencialismo de banqueta. Simplemente es un trozo humano, de un hombre que cree que puede perder a otro hombre que quiere. Sé que la vida es así, que no hay que hacer más. Sin embargo me cuesta juntar mis jirones cada mañana y armar el rompecabezas para salir a la calle y seguir con la farsa; cuesta estar entero cuando se está hecho pedazos.

Aún así, la vida sigue. Enterré a mi abuelo, tal vez a mi padre, y mi nieto me enterrará a mí. El hombre es su historia, pero no sólo la escrita sino la que está por escribirse. Y por esa justamente hay que alzar la pluma.