8.30.2005

De 10

Anoche veía en la TV el programa de Maradona. Más allá de críticas inútiles y pretenciosas, hay algo que me dejó altamente impresionado. Durante pasajes de la transmisión me emocioné profundamente; Goico, el ex portero de la selección argentina y co anfritrión invita al Diego a ver un video en el que sus hijas le dedican una canción, mezcla entre conmovedora y sensiblera, alternando imágenes de las chicas y los momentos de este hombre portando la camiseta de la albiceleste y el Boca Juniors. Acto seguido, el público se descubre el torso para dejar ver una playera que dice algo así como "Te quiero Papi" y el nombre de las hijas. Insisto, me emocioné mucho.

Este es uno de esos puntos en el que la razón no puede con el complot de la emoción. Desde un punto de vista racional, este es un hombre cuya única gracia fue jugar fenomenal al fútbol. Nada más. Doradicto rehabilitado, sin ninguna aportación intencional relevante extra cancha, y con actitudes lejanas de las de un ejemplo. Sin embargo, creo que hizo involuntariamente algo tan valioso que ni él se lo imagina. Le dio ilusión a un pueblo lleno de desdichas, de sinsabores y puertos nunca alcanzados. Brindó esperanza donde no la había, e hizo sentir a más de uno que pertenecía a un grupo de ganadores, por lo menos en la cancha. Este efecto social tiene alcanzas fabulosos.

Realmente recuerdo poco de mi infancia - y eso que no pasó hace tanto tiempo. De los jirones que rescato es la imagen de estar sentado frente al televisor viendo los juegos del Madrid, gritando de emoción con mi padre ante los goles de Hugo Sánchez.

8.21.2005

De Olores

La resaca de tu olor
mezclado con el mío;
sexo a media noche,
patria de mi alivio

Como sello de llegada,
cual acuse de recibo,
dando pasos por tu espalda,
así me siento vivo

Hoy te escondo en mis temas;
sólo existes entre líneas,
cuando apilo mis manías,
cuando lamo mis heridas

8.06.2005

Desde Ensenada

El sol no parece querer derretirme aquí. Me quedaré en casa de un desconocido - amigo de una amiga - y la verdad es que daría una importante porción de mi cabellera por regresar a D.F....

Hoy se casa un gran, gran amigo, al otro lado del mundo y no puedo estar ahí. Hoy me entra la tristeza, diablos. En la noche lo festejaré de lejos con mi nuevo amigo Santo Tomás.

8.03.2005

De compras, nada más

El hombre sufrió un infarto y cayó al piso en pleno centro comercial. La concurrencia lo acompañó con la mirada, mientras los paramédicos trataban de salvarlo y los familiares del casi finado torpemente estorbaban. Se escuchaba de fondo a Britney Spears. Ooops, I did it Again...

Elotixto observaba la escena mientras comía un helado. Era de cajeta. A decir verdad no era un espectáculo agradable, pero era como si algo de aquel pobre diablo, ahí, negociando su destino con la muerte, jalara su vista como el panal a la abeja. A su lado, Zanarrutia, una mujer que más que belleza, tenía una sexualidad de esas que escapan por los poros, y te arrebatan los ojos, la nariz, la piel.

La mirada de Elotixto se escapaba de pronto hacia la chica, que no lo notaba por estar absorta ante el mortal espectáculo. En los primeros minutos tuvo un conflicto moral. Pensaba que no podía ser tan estúpidamente caliente e insensible como para pensar en como llevar a la cama la mujer de al lado, en vez de guardar la compostura mientras veía una vida irse del mundo. Al diablo, recapacitó.

- Es terrible, ¿no crees? – dijo Elotixto

- Muy – respondió

- Lo siento por sus familiares. Veo su desesperación. En estos momentos es cuando más aprecio la vida.

- Y sí…

Al instante los guardias del centro comercial apartaron a los espectadores del sitio fatal. Mientras avanzaban, Elo (así le digo de cariño), llevó a Zanarrutia a tomar un té, para aliviarla de tan fuerte impresión. El resto lo dejamos a la capacidad seductora de él.

Posdata: Escrito de otra forma, esto podría ser una reflexión moralizante del nacimiento del amor en contrapunto con la muerte, vigor surgido de la tensión de una vida que se va y dos que se unen. La oda al amor. Sin embargo, no es así.

Posdata 2: No puedo creer que le robe a Marcos recursos literarios… En fin.