10.01.2006

Amantes



Los he visto de lejos y de cerca, a través de las persianas y en plena luz del día, rumiando en las esquinas y lamiendo sus heridas. Los he visto aburridos de aburrirse y explotando en falsa alegría, recogiendo sus retazos y armándose la vida.

No están juntos por juntarse, no están juntos, sólo pasan los minutos, se miman, sin fechas de inicio ni cortes de caja, sólo cuando hace un buen día.

Cuando su piel roza, cuando hay locomotoras en el pecho y ella lo envuelve en su cuerpo sin reparos, se olvidan un rato de lo demás, lo dejan en el piso junto a la ropa y los engaños.

Al día siguiente ella le dice que lo quiere – sin quererlo – y él le dice lo mismo – sin quererla – y aunque los dos saben que mienten, se sienten un poco mejor. Y mientras las palabras salen tan vacías y dolorosas, ella se para de la cama para hacer un poco de café, y después regresar para acompañarse en soledad.