Escena de una tarde de verano
Ella lo citó en un café del barrio viejo. Él esperaba nervioso. Miraba hacia la entrada del local y veía gente entrar. Sin embargo, ni una señal de la mujer. Después de algunos minutos, al fin entró y lo acompañó.
- ¿Llevabas mucho esperando?
- Cinco minutos, no te preocupes. Y bien, ¿de qué querías conversar conmigo?
- Quiero que nos casemos.
- ¿Qué?
- Sí. Lo estuve pensando durante el fin de semana y llegué a esta conclusión. Es innegable que eres una buena persona, inteligente, hooesta y con un sentido del humor por encima del promedio. Físicamente tienes suficientes atributos, y sobre todo, estás enamorado de mí.
- Me estás tomando el pelo, no puedo creer que me estés diciendo esto.
- ¿No querías esto desde hace años? Pues listo, deseo concedido.
- Pero no es así...Tú ni siquiera estás enamorada de mí, ¿cómo puedes querer casarte así tan de pronto conmigo?
- No es de la nada. Como te he dicho, conozco tus virtudes y por lo mismo creo que puedo tener un proyecto de vida interesante contigo.
- ¿Y qué hay del amor?
- No espero una historia perfecta, no espero lugares comunes. Quiero un proyecto de vida, que creo puedo lograr contigo. Para mí es lo más importante. Pero bueno, entonces, ¿aceptas?
- No... No sé.. Creo que no podría sabiendo que no estás enamorada.
- Lo sabía. Tú no me quieres a mí, quieres un verso, una historia. Quieres conquistarme, enamorarme. Tú no quieres pasar tu vida conmigo, quieres satisfacer esta pequeña historia que te fabricaste en tu cabeza. Y pensar que criticabas a las mujeres que aceptaban al hombre a cambio del matrimonio...
- ¿Llevabas mucho esperando?
- Cinco minutos, no te preocupes. Y bien, ¿de qué querías conversar conmigo?
- Quiero que nos casemos.
- ¿Qué?
- Sí. Lo estuve pensando durante el fin de semana y llegué a esta conclusión. Es innegable que eres una buena persona, inteligente, hooesta y con un sentido del humor por encima del promedio. Físicamente tienes suficientes atributos, y sobre todo, estás enamorado de mí.
- Me estás tomando el pelo, no puedo creer que me estés diciendo esto.
- ¿No querías esto desde hace años? Pues listo, deseo concedido.
- Pero no es así...Tú ni siquiera estás enamorada de mí, ¿cómo puedes querer casarte así tan de pronto conmigo?
- No es de la nada. Como te he dicho, conozco tus virtudes y por lo mismo creo que puedo tener un proyecto de vida interesante contigo.
- ¿Y qué hay del amor?
- No espero una historia perfecta, no espero lugares comunes. Quiero un proyecto de vida, que creo puedo lograr contigo. Para mí es lo más importante. Pero bueno, entonces, ¿aceptas?
- No... No sé.. Creo que no podría sabiendo que no estás enamorada.
- Lo sabía. Tú no me quieres a mí, quieres un verso, una historia. Quieres conquistarme, enamorarme. Tú no quieres pasar tu vida conmigo, quieres satisfacer esta pequeña historia que te fabricaste en tu cabeza. Y pensar que criticabas a las mujeres que aceptaban al hombre a cambio del matrimonio...
3 Comments:
Da igual lo que decidan, todo muere, por lo tanto da igual.
Besos.
Eso me sonó a un reclamo con destinatario múltiple, eso sí, con remitente
Perfecto argumento para desenmascarar falsos enamorados de poemas... espero no caer nunca en esa trampa (aunque una vez estuve a punto de...)
Publicar un comentario
<< Home