4.19.2006

Hojas Secas


El Embajador y Yo en Santiago de Chile

Hoy hago una pausa forzada. Se marcha del país mi gran, gran amigo El Embajador. Siento como si me hubieran quitado el pulmón derecho - el que aún guarda nicotina. Somos uña y mugre desde los 3 años, y ya sin contar cuántos van, puedo decir que el anecdotario se convierte en un lazo invisible y a la vez fuerte como el acero.

Mi vida, como muchas, se puede contar a partir de las despedidas. Han sido tantas, que podría acomodarlas como el cursi de Benedetti lo hace con sus soledades "como una procesión, por colores, tamaños y promesas, por época, por tacto y por sabor". Pero en el caso de este pequeño gran hombre, prefiero contar su historia más célebre, titulada: "El Alcholímetro".

Érase una tarde, en casa de este personaje, cuando después de aventarnos un round con la estufa, 2 amigos más y nosotros decidimos comernos unos platillos sumamente originales - sepa la chingada que Frankenstein habíamos preparado - apurando unas cubitas entre bocado y bocado. El caso es que como iba avanzando el tic - tac llegaba más gente, y el alcohol empezaba a ponernos un poco incorrectos. Incluso hubo uno que se quiso suicidar aventándose por la ventana. Lástima que no cupo (Es broma lo de "lástima", pero es verídico).

Haciendo el cuento corto, de ahí salimos a un tour etílico a bares, fiestas - una donde de los 12 participantes 8 éramos nosotros... todos colados - y demás. Por una cuestión larga de contar, me corté en ese momento y anduve por otros bares. Tampoco fue agradable, un amigo se peleó con su primo que le mordió un dedo y la panza. El caso es que por ahí de las 5 de la mañana, después de una infinidad de broncas, iba llegando a mi casa cuando suena el teléfono, y al contestar escucho la rasposa voz del Embajador:

"Guey, ven por mí, me agarró el alcoholímetro"

(Debo aclarar que este personaje trabajaba en la oficina comercial de la embajada de suecia. Sigo)

Después de dar un paseo horrible, llegué con otro amigo y un tipo en calidad de bulto dormido en el asiento de atrás. Bajo del coche y me dirijo al policía, que tenía a mi amigo en la puerta de "El Torito", sitio en el que guardan a los borrachos que agarran manejando y le digo:

- Poli, no sea mala onda, déjelo ir. O por lo menos no le de las 36 horas
- ¿De verdad? - Responidó el policía
- Sí, ándele, si es buen tipo - Argumenté
- Le voy a contar. Su amigo manejaba sobre Tamaulipas, y al vernos, se frenó en seco. Acto seguido, se intentó echar en reversa, cosa que no pudo hacer. Se trató de ir a la calle de la derecha, pero no se dio cuenta que había camellón. Cuando lo sacamos del coche, nos dijo que era el embajador de Suecia (Cabe mencionar que es de estatura baja, y creanme que no parece sueco). Nos dio una tarjeta de presentación (que decía "Consultor") para identificarse. Acto seguido, habló a la embajada, Relaciones Exteriores, ymarcaba al 040 para pedir el número de presidencia... Y bueno, no está por demás decirle que del .40 permitido el joven traía 1.7.

En ese momento interrumpí al oficial

- Métalo
Mientras me iba, escuchaba al resto de los teporochos reirse de mi pobre y borracho amigo. Durante la madrugada recibí dos llamadas suyas. La primera, para ver si le podía sacar un amparo. La segunda, para ver si también se lo podía sacar al nuevo amigo que había hecho en el bote.

El día siguiente fue de los más divertidos de mi vida. La hora de visita en "El Torito" fue de lo mejor. Sólo faltó una botellita de Tequila...

Cabe mencionar que ese mismo día lo habían agarrado por chupar en la vía pública, y que meses después cayó de nuevo en las manos del alcoholímetro. Esa vez también lo fui a sacar, pero esa, esa es otra historia.

9 Comments:

Blogger Miss Neumann said...

SE LE EXTRAÑARA...
PERO TENEMOS CASA EN ESPAÑA... YEIIIIIIIIIIIIII

abril 20, 2006 10:35 a.m.  
Blogger CadávEr Muerto said...

Salud... ¿se puso punk el oficial? jejeje.

abril 20, 2006 10:39 a.m.  
Blogger Larha said...

Si hubiera dicho Emperador... pero Embajador no se lo cree nadie Xd

Se te ve bien, oiga.

abril 20, 2006 3:36 p.m.  
Blogger Nadal said...

Se le extrañará Gordibuena... Mucho...

No, el policía no se puso punk. A decir verdad los borrachos, el poli y yo nos reimos un poco de mi cuate.

Pues sí, ni embajador ni emperador, pero borracho de ligas mayores, sin dudas. Gracias doña.

abril 20, 2006 4:08 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

No pues viendo el tipo de anécdotas que has vivido con él, entiendo muy bien por qué últimamente te veo medio tristón...pero estoy de acuerdo con la neumman...no pierdes a tu amigo, ganas un depto en España!!!

abril 20, 2006 10:56 p.m.  
Blogger María said...

no es mucha la gente que conserva y fomenta lazos de amistad desde la primera infancia... sé cómo te sientes, es bien difícil la despedida. pero pasa en algunos de esos casos que la distancia y el extrañar se convierten en algo que acerca más a las personas, en formas distintas a la física, cierto, pero super chingonas.
además está el plus del depto en Madrid. Y las noches de juerga allá son más divertidas porque por lo general no hay que manejar... ;)

abril 21, 2006 7:46 p.m.  
Blogger elisa said...

Chale, y yo que creía que nadie tenía amigas de tanto tiempo atrás como yo (léase desde los siete años) pero ya veo que me han ganado. Debe estar siendo muy nostálgico todo, pero caray, ahora ya tienes no pretexto sino obligación de ir de visita a Madrid y andar de jüerga como se debe. Gracias por tu visita, saludos.

abril 21, 2006 8:09 p.m.  
Blogger Nadal said...

María y Daria, gracias por sus comentarios, y debido a esta amabilidad de su parte, nomás quieran ir a Madrid a echarse unas cañitas por Lavapies, me digan y le pedimos al embajador que haga gala de sus conocimientos diplomáticos.

abril 23, 2006 7:38 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

Simplemente gracias Carnal!!!
Se te quiere y extraña cabrón...

y en efecto, aquí tienen su casa canijos.

Un fuertísimo abrazo!!

El mismísimo Embajador de Atocha!

abril 24, 2006 10:01 a.m.  

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